Demencia y delirium.
El delirium se caracteriza por una alteración de la conciencia y un cambio en las cogniciones que se desarrollan a lo largo de un breve periodo de tiempo. En cuanto a la demencia, ésta se caracteriza por déficits cognoscitivos múltiples que implican un deterioro de la memoria. El deterioro de la memoria se presenta tanto en el delirium como en la demencia. Podemos decir que es típico que los síntomas del delirium fluctúen, mientras que los síntomas de la demencia son relativamente estables. Los múltiples deterioros cognoscitivos que persisten inalterados durante unos meses nos sugieren demencia en lugar de delirium.
Distinguir entre delirium y demencia puede ser muy difícil ya que ambos frecuentemente comparten características clínicas similares como desorientación, alteración de la memoria, el pensamiento y el juicio. En los casos en los que no se tenga muy claro si los déficits cognoscitivos se deben a delirium o demencia, puede ser de utilidad realizar el diagnóstico de delirium y observar de forma cuidadosa al paciente mientras se investiga la naturaleza de la alteración. No obstante, aunque el deterioro de la memoria puede ser debido tanto al delirium como a la demencia, en ésta última, sin embargo, aparece típicamente en individuos con poca o ninguna alteración de la conciencia. El mejor criterio para diferenciar ambos trastornos es el inicio y el curso temporal de los deterioros cognoscitivos. En concreto, en el delirium el inicio de los síntomas es mucho más rápido y brusco, desarrollándose en el curso de varias horas o varios días, mientras que el inicio temporal de los síntomas en la demencia es menos agudo, es decir, crónicamente progresivo y el ciclo de sueño-vigilia parece menos deteriorado. En cuanto al curso temporal de la sintomatología se observan mayores fluctuaciones a lo largo del día en el caso del delirium no siendo así en el caso de la demencia, que presenta una mayor estabilidad de los síntomas.
No obstante, diremos que la demencia y el delirium son los dos trastornos mentales más frecuentes en la población de mayor edad. Hasta un 50% de las demencias tienen un delirium asociado y entre el 25-50% de los delirium tienen una demencia de base. Por ello, y aunque es preciso hacer el diagnóstico diferencial, como hemos comentado el delirium puede sobreañadirse a la demencia o lo que es lo mismo que con frecuencia ambas condiciones clínicas pueden coexistir, debiéndose diagnosticar ambos trastornos. De esta forma, las personas que padecen una demencia tienen un riesgo mayor de desarrollar delirium de tal manera que para determinar la preexistencia de una demencia cuando hay síntomas de delirium es extremadamente útil la información aportada por la historia clínica, los familiares o cuidadores del paciente y atender a una serie de características de ambos trastornos (ver tabla).
Tabla 4. Diagnóstico diferencial entre delirium y demencia | ||
Características | Demencia | Delirium |
Inicio | Insidioso | brusco |
Duración | Larga | breve |
Curso en 24 h. | Estable | Fluctuante, peor por la noche |
Conciencia | Clara | disminuida |
Atención | Normal excepto severos | Alterada globalmente |
Cognitivo | Deterioro global | Alterada globalmente |
Alucinaciones | A menudo ausentes | Visuales, rara auditivas |
Delirios | A menudo ausentes | Fugaces, poco sistematizados |
Orientación | A menudo alterada | Alterada |
Actividad psicomotora | A menudo normal | Aumentada y/o disminuida |
Lenguaje | Afasias, perseveración | Incoherente, lento o rápido |
Movimientos involuntarios | A menudo ausentes | Frecuentes |
Enfermedad/fármacos | A menudo ausentes | Uno ó más presentes |
Sueño | Menos alterado | Alterado |